«¿Ha presenciado alguna vez la puesta del Sol en el mar? (…) Pero, ¿se dio cuenta de un fenómeno que ocurre en el momento en que el astro radiante lanza su último rayo cuando el cielo está completamente despejado y transparente? Puede que no. Pues, no pierda la ocasión de presenciar este fenómeno. Sus ojos percibirán, no un rayo rojo, sino un maravilloso rayo verde, de un color, que no hay pintor que pueda reproducirlo en su paleta, y que la propia Naturaleza no ha repetido ni en los diversos tonos de las plantas, ni en el color más transparente de los mares. Si existe el verde en el paraíso, no puede ser mas que este verde, que es sin duda, el verdadero verde de la esperanza.» Julio Verne.
Así describía Julio Verne el artículo de un periódico inglés que cautivaría a la protagonista de su novela «El Rayo Verde«, y por la que emprendería una serie de viajes con el fin de contemplar tan singular fenómeno Y es que la costa Atlántica de Galicia es un lugar fantástico donde divisar esta lección de óptica, y que no es otra cosa que la refracción de La Luz que generan los últimos rayos de sol al atravesar la atmósfera bajo unas circunstancias climáticas concretas.
«…nosotros no hemos visto este rayo que tanto hemos buscado. -Hemos visto algo mejor -dijo en voz baja Helena-. Hemos visto la misma felicidad, la que la leyenda atribuye a la observación de este fenómeno. Y ya que la hemos encontrado, mi querido Olivier, ¡no necesitamos nada más, y podemos ceder a los que no lo conocen y quieren conocerlo, el famoso rayo verde!» Julio Verne.