MONTE PINDO, UNA VISITA AL ROSADO OLIMPO CELTA
El Monte Pindo se eleva a 642 metros sobre el mar entre los municipios de Cee, Dumbría, Carnota, Mazaricos y las Rías de Corcubión y Muros-Noia; y junto con Carnota ha sido declarado como Zona Especial de Conservación dentro de la Red Natura 2000. Su punto más alto es A Moa y desde allí se puede observar una panorámica espectacular de la playa de Carnota (la más extensa de la costa gallega) y el Cabo Fisterra con su icónico faro.
Cuando los rayos del sol se reflejan en las moles graníticas que conforman el paisaje del Monte Pindo, pareciera éste cubrirse con un manto rosado brillante, propio de su mítica historia, que ha sido fuente de inspiración de numerosos escritores y poetas.
Quen ten habitación nestes penedos
de rosado esplendor, que pobo altivo
se refuxia no monte duro e esquivo
e coñece os seus íntimos segredos.
Extracto de Pindo
Darío Xohan Cabana
Ramón Otero Pedrayo lo ha definido como “uno de los paisajes con mayor emoción de Galicia”; y no es para menos, ya que en toda su extensión nos encontramos desde castillos a castros pasando por restos de ermitas, petroglifos, cuevas misteriosas hogar de meigas, especies arbóreas autóctonas, formaciones rocosas imposibles de granito rosado y un gran inventario de creencias y leyendas fantásticas.
Sus enormes rocas de granito se formaron hace 300 millones de años y debido al proceso de erosión de las mismas han dado lugar a formas sugerentes que por supuesto, han sido objeto de todo tipo de interpretaciones fantásticas.
Entre ella está la que da vida a la leyenda de la Reina Lupa que aparece recogida en el Códice Calixtino. Se cree que la Reina Lupa habitaba el Castillo de San Xurxo y que a su muerte, fue enterrada bajo Laxe da Moa con un tesoro de gran valor, siendo protegido el camino al sepulcro, por unos gigantes de piedra.
Sin embargo existe otra explicación mitológica a su paisaje que acabó por bautizarlo como el Olimpo Celta. En este caso las formaciones graníticas representan a los espíritus de los druidas y héroes celtas, que para permanecer toda la eternidad allí, se convirtieron en roca.
Estas creencias y otras muchas que configuran la imagen mítica del Monte Pindo, acompañan una naturaleza exuberante que alberga cuevas que han sido habitadas en tiempos remotos y que han servido incluso de refugio a los republicanos huídos durante la Guerra Civil.
Riqueza cultural, antropológica, histórica, geológica y por supuesto natural. En el Monte Pindo podemos observar una especie arbórea única, el Querqus lusitanica, un tipo de carballo enano que no suele llegar a medir más de metro y medio, con tendencia a desarrollarse en horizontal.
En definitiva, por todo lo dicho y por mucho más, el Monte Pindo es un lugar de obligada visita para todos aquellos que viajen a Galicia y concretamente Costa da Morte. A continuación dejamos referencia a la página web de Turismo de Carnota, donde podemos consultar las rutas disponibles para conocer toda la riqueza del Pindo.